Reflexiones sobre el LATAM HealthTech Forum 2024
Por: Sara Gómez Trillos.
Como tantas cosas en la vida, a principios de Junio del 2024 terminé asistiendo al primer LATAM HealthTech Forum por una casualidad. Hace un año, en una salida en bicicleta, un gran amigo me habló de HealthTech Colombia como organización y comunidad, “yo estoy en el grupo de WhatsApp” me dijo. Cuando regresé a Colombia en diciembre del 2023 con la intención de aprender más sobre la industria, lo primero que hice fue unirme como miembro. En ese momento no sabía que seis meses después iba a asistir al primer HealthTech Forum organizado por ellos, y que – a pesar de haber estado, no en uno, sino en dos congresos esa semana— fuera a llegar a mi casa con los ojos chiquitos del cansancio y una sonrisa, literalmente, de oreja a oreja.
Lo que vi, escuché, y conversé en el LATAM HealthTech Forum me dejó con una sensación optimista, porque a pesar del panorama en esta comunidad veo un gran deseo de crear cambios acompañado de la capacidad de lograrlos.
La tecnología al servicio de la salud
El tema de este año resonaba con algo así como “la tecnología al servicio de la salud,” un objetivo noble que resalta el deseo comunal de mejorar el sistema de salud tanto para el proveedor como para el paciente.
En el LATAM HealthTech Forum hablamos de soluciones tecnológicas que ya son realidad y que nos permiten mejorar tanto la calidad como la capacidad de los servicios de salud. Las grandes categorías abarcan distintos tipos de soluciones. Por un lado, las ayudas diagnósticas, de predicción y de estratificación de riesgo, permiten determinar con mayor precisión y rapidez el diagnóstico de una persona. Además, facilitan estrategias de prevención dependiendo del riesgo del paciente de desarrollar ciertas enfermedades.
Otra gran parte de empresas se han enfocado en crear soluciones que acerquen al paciente al equipo médico a pesar de la distancia. Estas se distinguen en diferentes tipos de soluciones, pero la mayoría tiene el prefijo “tele.” Tele-consultas, que conectan al proveedor de salud y al paciente por teléfono, video, o incluso WhatsApp. Tele-monitoreo, en el cual por medio de dispositivos se recolectan datos del paciente en casa y se envían al equipo médico, y tele-educación que tiene como propósito acompañar la capacitación de profesionales de salud de manera remota.
Un tercer modelo es el de soluciones de software y/o plataformas que facilitan la gestión administrativa, el manejo de datos, y el historial clínico. Estas soluciones por lo general buscan automatizar procesos para reducir el margen de error humano y las ineficiencias. Asimismo, algunas soluciones integran varias de las características mencionadas y aprovechan la tecnología para facilitar, por ejemplo, el cuidado y manejo de enfermedades crónicas, las cuales requieren intervenciones frecuentes, especializadas, y personalizadas.
Las discusiones hicieron alusión a la innovación y la tecnología como una inversión para reducir costos. A largo plazo, al sistema de salud le beneficiará mejorar la eficiencia, reducir el tiempo del personal administrativo y la carga burocrática de los médicos capacitados para que ellos puedan centrarse en su labor íntima y personal del cuidado al paciente. Igualmente, la detección temprana de distintas enfermedades gracias al buen uso de la inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías mejorarán el diagnóstico, pronostico, y estratificación de riesgos, traduciéndose en bajas en la incidencia, prevalencia, y mortalidad de ciertas enfermedades.
Retos grandes para gente grande
La innovación en salud implica grandes responsabilidades. Me pareció hermoso escuchar en varias ocasiones durante los paneles una consciencia colectiva de lo que nos falta y necesitamos para mejorar el impacto de las empresas de tecnología en el sistema de salud en Colombia y en Latinoamérica en general.
Primero hablamos del reto de crear cambios – innovaciones – a partir de la necesidad real y no imaginada, tanto de los pacientes como de los proveedores y del sistema. Este reto implica una comunicación abierta y asertiva entre agentes que reconocen los recursos limitados.
Hablamos de la necesidad de trabajar por incrementar nuestras capacidades en el país y en la región para desarrollar tech in house, desde vacunas hasta hubs de datos centralizados, validados, completos, estandarizados, y – lo más importante – compartidos. Porque sabemos que trabajar desde la suposición, la generalización, y las muestras o resultados de una población distinta – la que llamamos el global north – no va a funcionar para siempre.
Como era de esperar, se habló mucho de la IA y la capacidad de la tecnología de cerrar brechas e incrementar el acceso a la salud para poblaciones vulnerables. Aquí empiezan a surgir las dudas logísticas, de detalles, y de financiación. ¿Cómo implementarlo responsablemente? ¿Cómo generar confianza? ¿Qué datos usamos? ¿Qué hacemos con estos datos?¿A quién beneficia? ¿Quién lo finanza? ¿Es sostenible? Discutimos sobre la importancia de promover la educación y la comunicación en salud, ¿Cómo hacemos para hacerle llegar estos datos al paciente? ¿Cómo nos aseguramos, no solo de que los entienda, sino que también pueda hacer algo al respecto? No se le puede decir a alguien simplemente “Mirá, Sara, tenés una mutación en el gen XYZ. Buena suerte, adiós.” La tecnología y la comunicación en salud nos permitirán movernos a un modelo de prevención vs. reacción, pero para que este sea exitoso tendremos que ingeniárnosla para crear rutas de atención y asignar recursos.
Como comunidad, tenemos el reto de tomar la iniciativa, de hacernos las preguntas difíciles tanto a nosotros mismos como a nuestros colegas, de tener la delicadeza de empujarnos a que el compromiso no se quede en palabras. Así empieza, cuestionándonos, pero no termina allí. Como líderes, tenemos el gran reto de usar la tecnología para ser más humanos y de pensar en innovación más allá de la tecnología (aunque la amemos). Como emprendedores, tenemos el reto de trabajar en soluciones responsables que respondan a las necesidades del usuario. Como creadores, tendremos que pensar en soluciones transversales, que se integren con sistemas existentes, o de crear sistemas que permitan su coexistencia en un plano sencillo de usar.
Nos quedó claro que es necesario incrementar las colaboraciones en todo el sector y por fuera de él. El reto de lograr un ecosistema que incluya a la comunidad, a los pacientes, a los agentes regulatorios, y al sector público y privado es posible con buen liderazgo y compromiso.
En fin, a pesar del panorama, los retos de hoy no nos van a quedar grandes. Más que soñadores, esta comunidad está hecha de gente que materializa ideas, que busca soluciones. En un equipo de personas que ya están creando cambios, lo más importante es continuar haciéndonos las preguntas correctas para seguir progresando.
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